martes, 6 de enero de 2015

La Brigada de la Guardia de El Libertador (*)

    Según el Barón de Jomini (1862), fue a partir de la Revolución Francesa que se introdujo dentro de la organización de los ejércitos europeos, el llamado sistema de divisiones, en el cual, la brigada, venía a constituir la base fundamental (una división estaba compuesta por dos brigadas, cada brigada se componía de dos regimientos, cada uno a su vez compuesto de dos o tres batallones).
    Cada una de esas divisiones, integraba unidades de infantería, caballería e infantería; y poseían además mucha libertad de acción, pudiendo maniobrar y enfrentar al enemigo de forma independiente en caso de necesidad. Dicho sistema, será ampliado y reforzado por Napoleón I en el año de 1800, con la creación de sus célebres cuerpos de ejército, cada uno compuesto a su vez, por entre dos o cuatro divisiones.
    Estas innovaciones en la manera de organizar y componer los cuerpos del ejército francés, fueron rápidamente imitadas por otras naciones europeas durante las grandes conflagraciones bélicas de finales del siglo 18 y comienzos del 19, conocidas hoy como guerras napoleónicas. En la guerra de independencia sudamericana, los ejércitos en contienda, continuaron empleando el sistema divisional, como se le conoció a finales del siglo 18, previo a las innovaciones ya citadas.
    Sin embargo,  a nuestro continente llegarían noticias de algunos de los aportes que en aquel momento Napoleón I legaba al arte de la guerra, uno de ellos, específicamente la formación de Cuerpos de ejército compuestos por batallones veteranos o de élite (como la famosa Guardia de Napoleón), será uno de los paradigmas militares adaptados e implementados dentro del ejército patriota, que bajo la conducción de El Libertador Simón Bolívar, llevará a cabo la independencia de la mitad del continente sudamericano.
A finales del año de 1817, poco después de la toma de la Provincia de Guayana por las tropas independentistas, El Libertador desarrolla una fuerte actividad organizativa de su ejército. Una de las medidas de mayor importancia, fue la creación por decreto de 24 de septiembre, de los Estados Mayores Divisionarios (basados en el manual de Ayudantes Generales, publicado por Thiéboult). Dicha medida se complementa ese mismo año con la creación de las brigadas de infantería, ello sumado a su intención de comenzar la estructuración de la Primera Brigada de la Guardia.
    Para el año 1818, el ejército Libertador se componía de dos divisiones, cuatro brigadas y una columna. Entre los años de 1820 y 1821, El Libertador no sólo completará los batallones y escuadrones de la Primera Brigada de la Guardia, sino que comienza la formación de una segunda (Bencomo Barrios, 1983). La historia de dichas Brigadas no se encuentra suficientemente documentada hasta la fecha; pero se conoce que se le conformó con las mejores unidades tanto de caballería como de infantería de todo el ejército, previo decreto del Jefe Supremo.
    Será en la gloriosa jornada de Carabobo (24 de junio de 1821) que ambos cuerpos, verán su primera participación de importancia. Para el momento, la Primera Brigada de la Guardia era comandada por el  coronel Ambrosio Plaza y estaba compuesta por los batallones Rifles, Granaderos, Vencedor en Boyacá y Anzoátegui, además de los regimientos de caballería Dragones y Húsares; la Segunda Brigada comandada por el coronel Antonio Rangel, por los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas.
    Luego de esa victoria para las armas patriotas, El Libertador entra triunfalmente a Caracas, donde decretará que el antiguo batallón Cazadores Británicos (ahora denominado Carabobo), comience a formar parte de la Guardia; en septiembre del mismo año se crea e incorpora a la Brigada el batallón Caracas.
    Para el 8 de febrero de 1822, El Libertador incorpora a la Brigada los batallones Bogotá y Vargas (antiguo Neiva). El 22 de julio del mismo año, será integrado a la Guardia, el antiguo batallón Numancia (formado por soldados venezolanos y que había servido bajo banderas realistas antes de pasarse a bando patriota), ahora bajo el nombre de Voltígeros. En la campaña del Perú (1824), los batallones de la Guardia: Vencedor, Rifles Bogotá, Caracas, Vargas y Voltígeros, así como los escuadrones de caballería Húsares y Granaderos tendrán decisiva participación en la gloriosa batalla de Ayacucho.
    Según los datos aportados por el insigne historiador venezolano Lino Duarte Level y por intermedio de otras referencias, la Brigada de la Guardia estuvo compuesta por once batallones de infantería; sin embargo, en la memoria presentada por el ministro de guerra General Pedro Briceño Méndez, ante el Congreso de la República de Colombia el 27 de abril 1824, la Guardia se componía de diez batallones: “La Guardia de Honor del Gobierno. – Si bien este cuerpo se halla incluido en los efectivos del ejército, se le da consideración aparte a causa de su peculiar organización. Consta de diez batallones de infantería y de seis regimientos de caballería, cuya composición es similar a la del resto del ejército. La diferencia consiste en que, en la Guardia, la infantería forma una división bajo el comando de un general de división, segmentada en dos brigadas, a cargo de un brigadier o coronel cada una. La caballería está compuesta por otra brigada (De éstos últimos se conoce poco, pero entre ellas se encontraban escuadrones de Dragones, Húsares, Lanceros, Granaderos a caballo, Cazadores y Guías), mandada también por un brigadier. Ambas tienen un comandante general con el estado mayor que corresponde a un cuerpo del ejército.
    La Guardia, creada por el Libertador Presidente cuando desempeñaba el cargo de comandante en Jefe de Venezuela, ha sido aumentada desde entonces con la adición de varios cuerpos que se han distinguido por su disciplina, conducta ejemplar e intrepidez. No disfrutan de ningún otro privilegio o distinción que ser los más antiguos del ejército, integrar la guardia de honor del gobierno y corresponder el puesto de vanguardia cuando se marcha al encuentro del enemigo. Esta institución ha suscitado un noble y saludable espíritu de emulación. El año anterior le fueron incorporados dos batallones y un escuadrón en virtud de sus brillantes servicios.” (1) 
    Respecto a la uniformidad de dichos cuerpos, la información disponible es muy escasa, como es habitual respecto al tema del vestuario militar de la época. Ciertamente, por ser la Brigada de la Guardia un cuerpo ejemplar para el resto del ejército, El Libertador puso mucho empeño en dotarla según las circunstancias, del mejor equipamiento disponible.
    Como fue mencionado anteriormente, algunos de los batallones de la Guardia (como se le conocía en aquellos tiempos) participaron de forma sobresaliente en la campaña de Ayacucho (1824). El oficial patriota Manuel Antonio López, quien también participara en dicha campaña, refiere en sus memorias lo siguiente, respecto al vestuario de los cuerpos del ejército libertador en vísperas de aquella batalla:
    “Despachado el almuerzo, nuestros vecinos procedieron a uniformarse de parada cuidadosamente, cortesía que no pudimos corresponderles porque no teníamos dos ejemplares completos de vestido, y ninguno de ellos vistoso. Nuestro uniforme (enviado de Chile por el ilustre Coronel Daniel Florencio O’Leary) consistía en casaca corta o polonesa, con variación de chaqueta, guarnecidos cuello y mangas de azul claro, verde o encarnado, según los cuerpos, y al través de la guarnición de las mangas un marrueco o cerradura de otro color, ojalada con tres botones; pantalón ancho de pliegue al frente, y capote largo hasta la espinilla, todo de bayeta o de paño ordinario azul oscuro, más un duplicado de pantalones de género blanco. Quien carecía de manta para dormir se cobijaba con el capote, prenda de uso constante, sobre el cual iba cruzada la fornitura; detrás, morral de cuero curtido; en la cabeza un morrión alto y pesado de vaqueta negra en forma de cono inverso, con sus cordones blancos, encarnados o verdes y pompón verde, celeste o encarnado, y una roseta tricolor o bicolor por escarapela; y carrilleras escamadas de hojalata bruñida. Los sargentos y cabos, sin caponas, con su divisa al brazo bajo el capote. Los jinetes, de chaqueta azul con alamares amarillos. Los Jefes y Oficiales sin más distinción que las presillas y el sombrero elástico o apuntado, éste de hule negro con borla oro y escarapela tricolor o bicolor, según que fuese colombiano o peruano; pero algunos Jefes de caballería con alamares de hilo de plata. Raros galones, nada de bandas, bordados ni penachos; y en punto a charreteras, usábanlas únicamente los Generales, cuyos sombreros se distinguían por una orla o cresta de pluma blanca.” (2) 

    El historiador Lino Duarte Level es el autor de los únicos trabajos que hasta la fecha se conocen respecto a la historia de algunos de los batallones de la Brigada de la Guardia creada por El Libertador. Respecto a la uniformidad de dichos cuerpos, Level al referirse al batallón Anzoátegui dice que: “Su equipo era lujoso. Su uniforme se componía de casaca corta de paño azul turquí con vueltas, cuello, forros y vivos encarnados; corbatín negro, alto morrión de suela negra, pantalón blanco, capote de paño gris con mangas y cinturón, y camisa blanca. Con ese uniforme permaneció hasta su extinción,” (3). También refiere del batallón Voltígeros que: “Su uniforme era de casaca de paño azul con cuello y botas celestes y barras encarnadas.”(4

Algunos batallones de la Guardia del Ejército Libertador (1824-1825, Vencedor, Caracas, Voltígeros, Carabobo, Granaderos y Rifles), José Peña 2012, óleo sobre papel, colección particular del artista.

Algunos regimientos de caballería de la Guardia del Ejército Libertador (1824-1825, Lanceros, Húsares y Dragones), José Peña 2012, óleo sobre papel, colección particular del artista.

NOTAS A PIE DE PÁGINA 

(*)  No debe confundirse, la Brigada de la Guardia con la Guardia de Honor del Libertador.
(1William Duane, ob. cit., tomo II, pp. 231-247.  
(2López, Manuel Antonio. Recuerdos Históricos, pp. 159-160
(3Duarte Level, Lino. Fastos Militares, p. 360
(4Duarte Level, Lino. Historia Militar y Civil de Venezuela., p. 455


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BENCOMO BARRIOS, Héctor. Bolívar Jefe Militar, serie Bicentenario, Cuadernos Lagoven, Caracas 1983, 78 p.
DUARTE LEVEL, Lino. Fastos Militares, en Historia Patria, edición facsimilar de editorial Arte de la versión original de 1911, Caracas 1972, 452 p.
DUANE, William. Viaje a la Gran Colombia en los años 1822-1823. Caracas, Instituto Nacional de Hipódromos, 1968. II tomos.
DUARTE LEVEL, Lino. Cuadros de la Historia Militar y Civil de Venezuela. Biblioteca Ayacucho, editorial América, Madrid 1917, 458 p.
LÓPEZ, Manuel Antonio. Recuerdos Históricos. Bogotá,  Ediciones de la Presidencia de la República de Colombia, 1955.

Investigación e ilustraciones de José Peña (jpmarte73@yahoo.com), Caracas, Venezuela, 2015




2 comentarios:

  1. Una vez mas lo felicito por su excelente trabajo, con relación a "La Guardia" recomiendo la lectura de la obra "La Guardia de Honor del Libertador Presidente" 2 tomos, de Francisco Alejandro Vargas, ediciones de La Presidencia de La República serie Histórica/Colección "Aspectos de La independencia" Caracas 1975.

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