jueves, 27 de agosto de 2015

   

JOSÉ PALACIOS "EL CATIRE": 

EL MAYORDOMO MÁS FIEL DEL LIBERTADOR

Fernando Bolívar (1810-1898), Sobrino del Libertador. Imágen tomada de https://tumbasperdidas.wordpress.com/2014/05/17/fernando-bolivar-sobrino-del-libertador/

    Poco se sabe de quién fue José Palacios, el fiel y silenciosos mayordomo de El Libertador Simón Bolívar. En la mente de los venezolanos, se mantiene la imagen creada por los documentales y producciones para televisión, que al representar a las personas de servicio que rodeaban al padre de la patria, colocaban personajes de color, pues se sobre entendía que debían ser antiguos esclavos de la familia, o cuando mucho, libertos.
    Confieso que personalmente, nunca me pasó por la mente, que ese hecho podía ser diferente. Investigando sobre el uniforme militar venezolano en la biblioteca de nuestra Academia Nacional de la Historia en Caracas, me tope con un artículo publicado en uno de sus boletines, titulado "Memorias de Fernando Bolívar, sobrino del Libertador". Durante su lectura, y refieriéndose al momento en el cual (luego de su regreso de los Estados Unidos, dónde había realizado sus estudios), realiza un viaje de Caracas a la ciudad de Bogotá, para visitar a su ilustre tío, y se ocupa en su narración, del personal de confianza que rodeaba al Libertador en esos tiempos (1828), dedicándole unas interesantes líneas a este noble personaje:
    
 “En Bogotá fuimos a apearnos al Palacio de Gobierno donde estaba mi tío y allí me encontré con mi compañero de colegio Andrés Ibarra, con Ferguson, Wilson, Almonte de Bolivia, y como diariamente venían las personas principales de Bogotá, pronto fui conocido de todos. Mi tío el día que llegamos preguntó a algunas de las que vinieron a visitarle que si me conocían, casi todos al contestarle agregaban que me encontraban alguna semejanza o aire de familia. Esa contestación no pareció serle desagradable.
   El Palacio de Gobierno, era una hermosa casa de alto edificada con bastante gusto y amueblada con lujo. En el patio había una hermosa pila y tenía alrededor un jardincito, de flores, en que abundaban rosas y otras flores y sobre todo los claveles que son muy bellos en aquel clima. El patio o atrio principal estaba enclaustrado y tenía una reja de hierro; el orden en el segundo piso era diferente pues solo tenía un corredor y los demás eran pasadizos que conducían al comedor y a las piezas interiores que ocupaba mi tío. Sobre la calle en la parte alta había 5 salas que se seguían de diferentes tamaños y la primera se había destinado para el Consejo de Estado. La última que era la más lujosamente empapelada, quedaba inmediata a un dormitorio donde había una hermosa cama matrimonial y donde dormía yo con mi amigo el teniente Andrés Ibarra que ya era edecán.
    El secretario privado era el coronel Juan Santana, de Caracas, que había sido educado en el extranjero y hablaba varios idiomas.  El mayordomo era José Palacios y como de este poco se ha dicho le consagraré algunas líneas, que bien lo merece, por las bellísimas cualidades que le adornaban. El nació en la casa de los Palacios que era de la familia materna de mi tío. Su color a pesar de que había llevado tanto o más sol que mi tío, se puede decir que se había tostado menos. Sus ojos eran pequeños y azules, como si fuese natural de los polos o países fríos. Su pelo era rubio, aunque muy crespo, robusto y fuerte como un gladiador y tan valiente como los más esforzados militares de aquel ejército que elevó la gloria de la primitiva Colombia, y fue el terror de los españoles, tanto en las pampas de Venezuela como en las frígidas alturas de Cundinamarca, Pasto o Alto y Bajo Perú. Su fidelidad hacia su patrón era ilimitada y le había acompañado en todas las campañas; él disponía del dinero con gran desprendimiento y honradez y exactitud; tan gastador y lujosos como su patrón, poseía las mejores bestias y llevaba las espuelas de oro y riendas de plata, que le habían sido regaladas al Libertador en ciudades del Perú. Nunca usaba sino traje de paisano porque jamás había querido tomar rango militar aunque muchas veces había peleado con gran valor, sus vestidos eran de lo mejor que se hacía en el país. A pesar de todo eso, que lo distinguía, no sabía leer ni escribir, y jamás se había aplicado a aprender. Se conoce que en él la condición de criado o sirviente no le era desagradable. Era tan sobrio que jamás bebía licor ni vino de ninguna especie y era aficionada a ser arriero lo que le era muy necesario; porque no habiendo en aquel entonces otros caminos que los de arrias, o acémilas, tenía que estar siempre al frente de las cargas.  Siempre tenía a sus órdenes dos adjuntos, el uno era el moreno tinto llamado Nicasio, nacido esclavo en San Mateo y compañero de Pío o Piíto que fue el que seducido en los Cayos, cometió el atentado de asesinar a Amestoy creyendo que era su patrón.  A pesar de aquel hecho, el otro que en todo había obrado de un modo tan contrario, jamás se separó de su lado y era el adjunto o dependiente de José el Catire por cuyo apodo era conocido. El otro en aquel entonces era Gregorio uno de los hombres más altos y mejor formados que jamás he visto y su cara tan perfecta y bella como su cuerpo. Él nos contaba que había acompañado al Libertador sólo desde el año de 27 en que el indio Cisneros, salteador o guerrillero de los Valles del Tuy desde el año  de 21 hasta el de 23 le había atacado en su pulpería que tenía en el Guayabo, lugar del camino de Caracas a Charallave: que su fuerza muscular y su arrojo le habían salvado; porque se había hecho dar paso por en medio de los que le rodeaban pero acribillado de heridas, dejándole cicatrices grandes que nos mostraba y daban a conocer lo crueles y peligrosas que habían sido.
    Acompañaban igualmente a José Palacios dos hermosos perros, el uno bayo o de color pajizo y el otro barcino. Ambos decían que habían sido tomados como botín de guerra, en la tienda de campaña del general Canterac, en Junín o Ayacucho, no puedo asegurarlo. Estos dos animales parecían de la raza de los San Bernardo, pero se notaba que había diferencia y creo que oí decir que el bayo que era más alto, y como más propio para la cacería era oriundo de la sabana de Bogotá donde abundan especies de galgos que son muy aparentes para perseguir a los venados en aquellas planicies. El barcino era más doble o semejante al perro de presa y era mucho más valiente y arrojado. Después del 25 de setiembre en que el Palacio de Gobierno fue atacado por una banda de conspiradores, se adoptó el sistema de cerrar la puerta de la calle que antes estaba abierta de noche como de día. Y Trabuco que así se llamaba el perro barcino se quedaba fuera de la casa y hacia la guardia en la calle. En los viajes estos dos animales iban al lado de las cargas de los equipajes y ayudaban a custodiarlos. No debo omitir que estos dos animales vinieron desde el Alto Perú con el Libertador hasta Caracas y luego regresaron con él a Bogotá y que cuando el Perú invadió a Colombia volvieron hasta Guayaquil y luego otra vez de regreso en Bogotá, la capital, le siguieron hasta Cartagena cuando se retiró del mando y pensó en venir a Europa por su salud.
    Volviendo a José Palacios, el mayordomo, diré que después de la muerte de mi tío, pensó en retirarse al Perú o Guayaquil pero se quedó en Cartagena con Nicasio y Gregorio y allí murió dicen que por el uso del licor cosa extraña cuando antes se abstenía enteramente de él, más quizá la falta de guía o director y el pesar de no haber podido fomentar el legado que recibió en premio de sus servicios (1), ocasionó su pesar y el que se entregase a un vicio.”(2)

(1) Respecto a este comentario de Fernando Bolívar, citaremos lo que dice el artículo nº 8, del testamento dictado por el Libertador Simón Bolívar, el 10 de diciembre de 1830 en Santa Marta (Colombia), siete días antes de su muerte. Dicho artículo dice lo siguiente: "Es mi voluntad que de mis bienes se den a mi fiel mayordomo José Palacios ocho mil pesos en remuneración a sus constantes servicios."
(2) Tomado del Boletín de la Academia Nacional de la Historia nº 100, Caracas, pp. 307-308.

Investigación y textos de José Peña, Caracas-Venezuela, 2015. Para consultas sobre cualquier artículo de éste blog, favor escríbeme a jpmarte73@yahoo.com

miércoles, 7 de enero de 2015

UNIFORMES DE LA MILICIA. Departamento de Venezuela 1830

LEY ORGANIZANDO LA MILICIA NACIONAL DE 12 DE OCTUBRE DE 1830.

“ (...)Título X – Del uniforme.
        Art. 132 El uniforme de la milicia nacional, que solo será usado en actos de servicio o de disciplina, se compondrá de chaqueta o casaca corta, y pantalón blanco de lienzo con vueltas y collarín encarnado, botín negro, sombrero redondo, con la escarapela nacional, o gorro de cuartel. Los oficiales llevarán casaquilla corta azul con vueltas y cuello encarnado, botón dorado, pantalón blanco con vivo encarnado, sombrero redondo con la escarapela nacional, o gorro de cuartel. La caballería tendrá el mismo uniforme con la sola diferencia de que las vueltas y cuellos serán verdes, y que los oficiales llevarán el botón de plata. La artillería no tendrá otra diferencia que las vueltas y cuello azules, y una granada en la gorra de cuartel.
    Art. 133 Es obligación de todo miliciano costear su uniforme. Los oficiales costearán además sus divisas que serán las mismas que las del ejército permanente; pero no podrán usarla sino en los casos del artículo anterior.
    Art. 134 El uniforme de la milicia marinera será de chaqueta y pantalón blanco de lienzo con cuello y vuelta azul y sombrero de paja; los oficiales usarán casaquilla corta azul, botón dorado de marina, las divisas del grado respectivo y sombrero redondo con la escarapela nacional.(...)(1) 


(1) Leyes y Decretos de Venezuela, serie República de Venezuela, Caracas 1982, ediciones de la Academia de Ciencias políticas y Sociales, tomo I, pp. 55-56.


Milicias de la Gran Colombia, Departamento de Venezuela 1830 ( teniente, infantería, caballería y artillería), José Peña 2014, 
óleo sobre papel, colección particular del artista.

Investigación e ilustraciones de José Peña (jpmarte73@yahoo.com), Caracas, Venezuela, 2015


UNIFORMES DE LA MILICIA. Gran Colombia 1826

Ley Orgánica de Milicias de 1 de Abril de 1826.
   (...Art. 102. El uniforme de la milicia nacional, siempre que sea llamada al servicio de campaña, y fuera de él en actos de servicio, se compondrá de casaquilla corta y pantalón azul con botón amarillo, y botín o bota negra. En los oficiales y sargentos casaca larga, y en todos abrochada por delante sin solapa: collarín derecho carmesí, la vuelta azul abierta por encima con la tapilla carmesí abrochada con tres botones: los forros azules y los vivos anteados, y sombrero de copa alta con la escarapela nacional a la izquierda. El sombrero se usará mientras que los batallones pueden proporcionarse morriones iguales para todos los individuos, con una chapa o escudo que lleve el letrero de: milicia nacional y colombiana, y el nombre del departamento, igualmente se pondrá en el botón.
    Art. 103. La caballería tendrá el mismo uniforme con la sola diferencia de que los vivos y el botón serán blancos. La artillería no tendrá más diferencia que llevar solapa abrochada con ojales largos amarillos.                                                                           
    Art. 104. La infantería podrá usar en las paradas, ejercicios y revistas, pantalón blanco.
   Art. 105. Es obligación de todo miliciano costear su uniforme, si tuviere proporción para ello, y conservarle siempre en buen estado de servicio. Los oficiales costearán además sus insignias, que serán las mismas que las del ejército permanente.
    Único. Los milicianos que no tengan proporción de costear el uniforme, usarán por ahora de solo escarapela en los casos de que habla el artículo 102.(...) (1)

   (1)  Cuerpo de Leyes de la República de Colombia, Caracas, en la imprenta de Valentín Espinal, año 1840, p. 466.


Milicias de la Gran Colombia 1826 (infantería, caballería y artillería), José Peña 2014, 
óleo sobre papel, colección particular del artista.

Investigación e ilustraciones de José Peña (jpmarte73@yahoo.com), Caracas, Venezuela, 2015


martes, 6 de enero de 2015

La Brigada de la Guardia de El Libertador (*)

    Según el Barón de Jomini (1862), fue a partir de la Revolución Francesa que se introdujo dentro de la organización de los ejércitos europeos, el llamado sistema de divisiones, en el cual, la brigada, venía a constituir la base fundamental (una división estaba compuesta por dos brigadas, cada brigada se componía de dos regimientos, cada uno a su vez compuesto de dos o tres batallones).
    Cada una de esas divisiones, integraba unidades de infantería, caballería e infantería; y poseían además mucha libertad de acción, pudiendo maniobrar y enfrentar al enemigo de forma independiente en caso de necesidad. Dicho sistema, será ampliado y reforzado por Napoleón I en el año de 1800, con la creación de sus célebres cuerpos de ejército, cada uno compuesto a su vez, por entre dos o cuatro divisiones.
    Estas innovaciones en la manera de organizar y componer los cuerpos del ejército francés, fueron rápidamente imitadas por otras naciones europeas durante las grandes conflagraciones bélicas de finales del siglo 18 y comienzos del 19, conocidas hoy como guerras napoleónicas. En la guerra de independencia sudamericana, los ejércitos en contienda, continuaron empleando el sistema divisional, como se le conoció a finales del siglo 18, previo a las innovaciones ya citadas.
    Sin embargo,  a nuestro continente llegarían noticias de algunos de los aportes que en aquel momento Napoleón I legaba al arte de la guerra, uno de ellos, específicamente la formación de Cuerpos de ejército compuestos por batallones veteranos o de élite (como la famosa Guardia de Napoleón), será uno de los paradigmas militares adaptados e implementados dentro del ejército patriota, que bajo la conducción de El Libertador Simón Bolívar, llevará a cabo la independencia de la mitad del continente sudamericano.
A finales del año de 1817, poco después de la toma de la Provincia de Guayana por las tropas independentistas, El Libertador desarrolla una fuerte actividad organizativa de su ejército. Una de las medidas de mayor importancia, fue la creación por decreto de 24 de septiembre, de los Estados Mayores Divisionarios (basados en el manual de Ayudantes Generales, publicado por Thiéboult). Dicha medida se complementa ese mismo año con la creación de las brigadas de infantería, ello sumado a su intención de comenzar la estructuración de la Primera Brigada de la Guardia.
    Para el año 1818, el ejército Libertador se componía de dos divisiones, cuatro brigadas y una columna. Entre los años de 1820 y 1821, El Libertador no sólo completará los batallones y escuadrones de la Primera Brigada de la Guardia, sino que comienza la formación de una segunda (Bencomo Barrios, 1983). La historia de dichas Brigadas no se encuentra suficientemente documentada hasta la fecha; pero se conoce que se le conformó con las mejores unidades tanto de caballería como de infantería de todo el ejército, previo decreto del Jefe Supremo.
    Será en la gloriosa jornada de Carabobo (24 de junio de 1821) que ambos cuerpos, verán su primera participación de importancia. Para el momento, la Primera Brigada de la Guardia era comandada por el  coronel Ambrosio Plaza y estaba compuesta por los batallones Rifles, Granaderos, Vencedor en Boyacá y Anzoátegui, además de los regimientos de caballería Dragones y Húsares; la Segunda Brigada comandada por el coronel Antonio Rangel, por los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas.
    Luego de esa victoria para las armas patriotas, El Libertador entra triunfalmente a Caracas, donde decretará que el antiguo batallón Cazadores Británicos (ahora denominado Carabobo), comience a formar parte de la Guardia; en septiembre del mismo año se crea e incorpora a la Brigada el batallón Caracas.
    Para el 8 de febrero de 1822, El Libertador incorpora a la Brigada los batallones Bogotá y Vargas (antiguo Neiva). El 22 de julio del mismo año, será integrado a la Guardia, el antiguo batallón Numancia (formado por soldados venezolanos y que había servido bajo banderas realistas antes de pasarse a bando patriota), ahora bajo el nombre de Voltígeros. En la campaña del Perú (1824), los batallones de la Guardia: Vencedor, Rifles Bogotá, Caracas, Vargas y Voltígeros, así como los escuadrones de caballería Húsares y Granaderos tendrán decisiva participación en la gloriosa batalla de Ayacucho.
    Según los datos aportados por el insigne historiador venezolano Lino Duarte Level y por intermedio de otras referencias, la Brigada de la Guardia estuvo compuesta por once batallones de infantería; sin embargo, en la memoria presentada por el ministro de guerra General Pedro Briceño Méndez, ante el Congreso de la República de Colombia el 27 de abril 1824, la Guardia se componía de diez batallones: “La Guardia de Honor del Gobierno. – Si bien este cuerpo se halla incluido en los efectivos del ejército, se le da consideración aparte a causa de su peculiar organización. Consta de diez batallones de infantería y de seis regimientos de caballería, cuya composición es similar a la del resto del ejército. La diferencia consiste en que, en la Guardia, la infantería forma una división bajo el comando de un general de división, segmentada en dos brigadas, a cargo de un brigadier o coronel cada una. La caballería está compuesta por otra brigada (De éstos últimos se conoce poco, pero entre ellas se encontraban escuadrones de Dragones, Húsares, Lanceros, Granaderos a caballo, Cazadores y Guías), mandada también por un brigadier. Ambas tienen un comandante general con el estado mayor que corresponde a un cuerpo del ejército.
    La Guardia, creada por el Libertador Presidente cuando desempeñaba el cargo de comandante en Jefe de Venezuela, ha sido aumentada desde entonces con la adición de varios cuerpos que se han distinguido por su disciplina, conducta ejemplar e intrepidez. No disfrutan de ningún otro privilegio o distinción que ser los más antiguos del ejército, integrar la guardia de honor del gobierno y corresponder el puesto de vanguardia cuando se marcha al encuentro del enemigo. Esta institución ha suscitado un noble y saludable espíritu de emulación. El año anterior le fueron incorporados dos batallones y un escuadrón en virtud de sus brillantes servicios.” (1) 
    Respecto a la uniformidad de dichos cuerpos, la información disponible es muy escasa, como es habitual respecto al tema del vestuario militar de la época. Ciertamente, por ser la Brigada de la Guardia un cuerpo ejemplar para el resto del ejército, El Libertador puso mucho empeño en dotarla según las circunstancias, del mejor equipamiento disponible.
    Como fue mencionado anteriormente, algunos de los batallones de la Guardia (como se le conocía en aquellos tiempos) participaron de forma sobresaliente en la campaña de Ayacucho (1824). El oficial patriota Manuel Antonio López, quien también participara en dicha campaña, refiere en sus memorias lo siguiente, respecto al vestuario de los cuerpos del ejército libertador en vísperas de aquella batalla:
    “Despachado el almuerzo, nuestros vecinos procedieron a uniformarse de parada cuidadosamente, cortesía que no pudimos corresponderles porque no teníamos dos ejemplares completos de vestido, y ninguno de ellos vistoso. Nuestro uniforme (enviado de Chile por el ilustre Coronel Daniel Florencio O’Leary) consistía en casaca corta o polonesa, con variación de chaqueta, guarnecidos cuello y mangas de azul claro, verde o encarnado, según los cuerpos, y al través de la guarnición de las mangas un marrueco o cerradura de otro color, ojalada con tres botones; pantalón ancho de pliegue al frente, y capote largo hasta la espinilla, todo de bayeta o de paño ordinario azul oscuro, más un duplicado de pantalones de género blanco. Quien carecía de manta para dormir se cobijaba con el capote, prenda de uso constante, sobre el cual iba cruzada la fornitura; detrás, morral de cuero curtido; en la cabeza un morrión alto y pesado de vaqueta negra en forma de cono inverso, con sus cordones blancos, encarnados o verdes y pompón verde, celeste o encarnado, y una roseta tricolor o bicolor por escarapela; y carrilleras escamadas de hojalata bruñida. Los sargentos y cabos, sin caponas, con su divisa al brazo bajo el capote. Los jinetes, de chaqueta azul con alamares amarillos. Los Jefes y Oficiales sin más distinción que las presillas y el sombrero elástico o apuntado, éste de hule negro con borla oro y escarapela tricolor o bicolor, según que fuese colombiano o peruano; pero algunos Jefes de caballería con alamares de hilo de plata. Raros galones, nada de bandas, bordados ni penachos; y en punto a charreteras, usábanlas únicamente los Generales, cuyos sombreros se distinguían por una orla o cresta de pluma blanca.” (2) 

    El historiador Lino Duarte Level es el autor de los únicos trabajos que hasta la fecha se conocen respecto a la historia de algunos de los batallones de la Brigada de la Guardia creada por El Libertador. Respecto a la uniformidad de dichos cuerpos, Level al referirse al batallón Anzoátegui dice que: “Su equipo era lujoso. Su uniforme se componía de casaca corta de paño azul turquí con vueltas, cuello, forros y vivos encarnados; corbatín negro, alto morrión de suela negra, pantalón blanco, capote de paño gris con mangas y cinturón, y camisa blanca. Con ese uniforme permaneció hasta su extinción,” (3). También refiere del batallón Voltígeros que: “Su uniforme era de casaca de paño azul con cuello y botas celestes y barras encarnadas.”(4

Algunos batallones de la Guardia del Ejército Libertador (1824-1825, Vencedor, Caracas, Voltígeros, Carabobo, Granaderos y Rifles), José Peña 2012, óleo sobre papel, colección particular del artista.

Algunos regimientos de caballería de la Guardia del Ejército Libertador (1824-1825, Lanceros, Húsares y Dragones), José Peña 2012, óleo sobre papel, colección particular del artista.

NOTAS A PIE DE PÁGINA 

(*)  No debe confundirse, la Brigada de la Guardia con la Guardia de Honor del Libertador.
(1William Duane, ob. cit., tomo II, pp. 231-247.  
(2López, Manuel Antonio. Recuerdos Históricos, pp. 159-160
(3Duarte Level, Lino. Fastos Militares, p. 360
(4Duarte Level, Lino. Historia Militar y Civil de Venezuela., p. 455


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BENCOMO BARRIOS, Héctor. Bolívar Jefe Militar, serie Bicentenario, Cuadernos Lagoven, Caracas 1983, 78 p.
DUARTE LEVEL, Lino. Fastos Militares, en Historia Patria, edición facsimilar de editorial Arte de la versión original de 1911, Caracas 1972, 452 p.
DUANE, William. Viaje a la Gran Colombia en los años 1822-1823. Caracas, Instituto Nacional de Hipódromos, 1968. II tomos.
DUARTE LEVEL, Lino. Cuadros de la Historia Militar y Civil de Venezuela. Biblioteca Ayacucho, editorial América, Madrid 1917, 458 p.
LÓPEZ, Manuel Antonio. Recuerdos Históricos. Bogotá,  Ediciones de la Presidencia de la República de Colombia, 1955.

Investigación e ilustraciones de José Peña (jpmarte73@yahoo.com), Caracas, Venezuela, 2015




lunes, 5 de enero de 2015

Primeras Unidades Militares Británicas en la Guerra de independencia de Venezuela y sus uniformes

    El tema de las diversas expediciones de voluntarios europeos (principalmente ingleses e irlandeses), que llegaron a Venezuela en distintos períodos, y con la finalidad de prestar servicio en las tropas independentistas es extenso y el lector interesado, podrá encontrar algunos trabajos que se refieren al mismo. Sin embargo, creemos indispensable señalar (tratando de resumir) la llegada de los primeros contingentes de tropas provenientes de territorio británico a Venezuela, y desde luego, presentar al lector los datos recabados en lo que respecta a su vestuario.
    El trabajo más extenso y rico en información que sobre tales expediciones ha sido escrito, es el titulado Voluntarios Británicos e Irlandeses en la Gesta Bolivariana del historiador Eric Lambert; y es por ende, la fuente principal de los datos que alimentan el presente artículo. Esta obra hace un recuento histórico de los orígenes de tales expediciones y de los grupos de oficiales que por diversas vías y en número muy variado se unieron al ejército Libertador entre 1817 y 1820.
    Si bien, ya existían oficiales de diversas nacionalidades europeas en las filas del ejército patriota desde comienzos de la guerra de independencia, será propiamente a partir de comienzos de 1817 que el Libertador destina agentes a Londres y los Estados Unidos, para que por medio de contratos se organizaran envíos de armas, pertrechos, equipos de guerra, vestuarios y contingentes militares. El 5 de enero de 1817, luego de su desembarco en Barcelona (segunda expedición de Los Cayos), el Libertador Simón Bolívar emitirá sendas autorizaciones para nombrar sus comisionados especiales ante el gobierno Británico y el de los Estados Unidos, a saber: Luis López Méndez y el Capitán de Fragata Lino de Clemente en el orden respectivo.
    En Londres, Luis López Méndez llevará acabo una gran actividad diplomática y comercial en representación de la naciente República, logrando organizar diversas expediciones militares, compuestas principalmente por cuadros de oficiales y suboficiales que luego aportaran su experiencia y colaboración para organizar y disciplinar a los cuerpos militares de Venezuela.
    El día 22 de julio de 1817, López Méndez responderá a las indicaciones expuestas por el Libertador en la ya citada autorización del 5 de enero del mismo año. En su carta, Méndez detalla en extenso las actividades y contactos hechos hasta ese momento en el cumplimiento de su misión:
     “…Lo que si tengo ya enteramente arreglado con otros sujetos es la habilitación completa de vestuario y armamento para los siguientes seis cuerpos: uno de caballería ligera su comandante Don Antonio Strenuwitz, teniente coronel; este cuerpo se compondrá de setecientos hombres y las dos terceras partes de oficiales y sargentos los llevará él consigo de Bruselas debiendo la otra tercera parte tomarse en Venezuela en donde también se tomarán todos los soldados para éste y los demás cuerpos. Una compañía de artillería ligera al mando del capitán don Nicolás Strenuwitz, cuyos oficiales y sargentos van también de Bruselas. Otro de lanceros de caballería, su comandante el teniente coronel MacDonald, que va ahora en la corbeta dicha Two Friends, cuyos oficiales a excepción de dos o tres que lleva consigo los tomará ahí. Un cuerpo de húsares, su comandante el coronel Mr. Gustavus Hippisley que irá en el buque en que se enviará todo el vestuario y armamento de estos cuerpos, el cual quedará despachado dentro de tres semanas: las dos terceras partes de los oficiales y sargentos de este cuerpo de húsares irán de aquí de Londres y el resto se tomará ahí. Un cuerpo de cazadores o infantería ligera, su comandante el teniente coronel Mr. Frederick Augustus Campbell el cual va de aquí en la misma conformidad que los húsares. Finalmente, un cuerpo de artillería, su comandante el coronel Mr. Joseph Albert Gillmore que va de aquí en los mismos términos. Este último cuerpo ha de (sic) cien hombres, el de cazadores de setecientos, el de húsares de setecientos, el de lanceros lo mismo; y la compañía de artillería de Bruselas de 30 hombres, o poco menos: irá también un juego completo de piezas de artillería de campaña y ocho mil fusiles…”
   “…Para cualquiera otra habilitación que pueda hacerse de aquí para la tropa, como también de armas y artillería será sumamente conveniente que de ahí se me envié una razón circunstanciada de todas las piezas del vestuario de un soldado de infantería y lo mismo de otro de caballería, el género de que ha de ser, su calidad y su color; y en cuanto armas, de fusiles, pistolas, espadas, sables, lanzas y cañones, se exprese el número, calidad y demás circunstancias. Así mismo suplico a V.E. se me informe el color y forma de bandera de la marina y del ejército y el prest o sueldo de los soldados y oficiales de mar y tierra, igualmente si se necesita de alguna imprenta y de impresor para enviarlos de aquí. Creo que una como la que V.E. llevó será suficiente; pero es menester que yo sea informado acerca de los términos en que ha de ir el impresor…” (124)
    Posteriormente hubo ciertos cambios en la organización de los cuerpos que López Méndez cita en la comunicación; de seguido presentaremos en orden cronológico, un resumen de los primeros cuerpos que fueron enviados entre 1817 y 1818, basándonos en la información que nos expresa Lambert  en su obra:
1 – Cuerpo de Lanceros al mando del Coronel Donald MacDonald. Esta unidad se embarcó en la Corbeta Two Friends, cuyo capitán era Cornelius Ryan. Comenzará su itinerario en el puerto de Spithead el 27 de julio de 1817, saliendo definitivamente rumbo al Caribe desde Portsmouth el 31 de julio del mismo año. Llegarán a la isla de San Tomas cerca del 26 de septiembre, tratando de ubicar allí al agente patriota Marques de Tovar; lamentablemente no logran contactarlo.
    Luego de un conjunto de vicisitudes, un grupo de ellos es abandonado en tierra por la salida intempestiva de su transporte que, viéndose amenazado con un posible embargo, decidió huir. Bajo sugerencias de la señora Tovar, el grupo abandonado resuelve dirigirse a la Florida en otra nave, el Mary, en busca del General Gregor MacGregor. Al llegar a su destino, no logran ubicar a éste General, pero si al comodoro Aury, quien estaba al servicio de los patriotas venezolanos. Reunidos por éste, reembarcan en el Mary, pero la embarcación quedará varada posteriormente en el puerto de Mobile, obligándoles a cambiar de nave, esta vez, a un barco francés llamado Felicite, que finalmente les llevará hasta  el puerto de  Angostura, donde llegan el 17 de Enero de 1818.
    Según parece, el resto del grupo que estaba a bordo del Two Friends cuando su capitán decidió levar anclas dejando a los otros en San Tomas, llegará a Venezuela posteriormente y en fecha no determinada.
2 – El Cuerpo denominado 2º de Lanceros, al mando del Coronel Robert Skeene. Esta unidad se embarcó en el Indian del capitán James Davidson. La nave partió desde Spithead el 2 de diciembre de 1817, encontrando en su camino varias tormentas. Trágicamente, toda su tripulación fallecerá al naufragar su transporte frente a Ushant el 8 de diciembre de 1817.
3 – El Cuerpo denominado 1º Regimiento de Húsares de Venezuela (también llamado Húsares verdes), al mando del Coronel Gustavus Hippisley. Salieron a bordo de la nave llamada Emerald del capitán Robert Weatherley. Debido a las tormentas y temporales sufridos en esos meses lograrán salir solo a comienzos de 1818. La expedición llega a la isla de San Bartolomé el 16 de Enero, no encontrando allí agentes patriotas, decidieron esperar la llegada de los otros barcos que le seguían (el Prince y el Britannia), que llegaron el 23 y 24 de enero respectivamente a ese puerto. Por falta de acuerdo entre los capitanes de las naves, el Emerald abandona a los otros, tomando ruta hacia Granada el 30 de Enero de 1818. Esta última será detenida allí por las autoridades, pero la tripulación logra hacer contacto con el agente patriota Marques de Tovar, quien embarcará parte de la expedición en la nave patriota Libertad el 9 de febrero, mientras Hippisley y el resto de su cuerpo retoma su nave original y vuelve a Granada. De allí, saldrán hacia la isla de Santa Lucia, donde trasladaran a los hombres a la nave patriota Tiger que finalmente les lleva a Angostura el 13 de marzo de 1818.
4 – El Cuerpo denominado “Húsares Rojos”, al mando del Coronel Robert Wilson. Se embarcaron en el Prince del capitán Nightingale. Afectada su partida por las tormentas, la retrasa hasta comienzos del año 1818. Llega a la isla de San Bartolomé el día 23 de Enero de 1818. No encontrando allí a un agente patriota, deciden enviar un emisario en busca de información a la isla de San Tomas; allí, lograrán contactar al Sr Molowny. Durante todo el viaje, hubo conflictos entre los miembros de la tripulación debido a la conducta problemática del Coronel Wilson. Partirán hacia Granada el 21 de febrero, desbandándose allí parte del grupo, y siendo incautada la nave por las autoridades de la isla. El Coronel Wilson transbordará al grupo restante a la nave patriota Conquistador, siguiendo hasta Angostura,  donde llegan en marzo de 1818.
5 – El Cuerpo de Artillería al mando del Coronel Joseph Albert Gillmore, se embarcó en el Britannia del capitán Sharp. Por los temporales solo logra partir al Caribe a comienzos de 1818. Llega a San Bartolomé el 24 de enero; tomando luego rumbo a la isla de Granada el día 21 de febrero, allí, el grupo sufre la deserción de la mayor parte de sus efectivos y  la pérdida de parte de sus equipos. El 10 de marzo el Britannia se dispondrá a regresar a Inglaterra tomando vía a la isla de San Bartolomé. El Coronel Gillmore se dirige a San Tomas, y allí, le encontrará el Almirante Luis Brión, quien posteriormente va en busca del Britannia, el Dowson y el Emerald con intenciones de recuperar para los patriotas sus cargamentos de armas y pertrechos, así como transportar a los grupos de oficiales y cuerpos de tropas que aún permanecían en ellos; una vez logrado éste objetivo, les lleva a la isla de Margarita el 9 de junio, y finalmente a Angostura, donde llegan entre el 12 y 23 de julio de 1818.
6 – El 1º Regimiento de Rifles  al mando del Coronel Donald Campbell, se embarcó en el Dowson del capitán Dormer. Habiendo sido retrasada su salida de Portsmouth por las tormentas, lo hará finalmente el 2 de marzo de 1818. Esta expedición llegó el 19 de febrero a San Bartolomé, de allí, parte rumbo a Granada el 21 de febrero, lugar donde sufre de grandes deserciones. Posteriormente, sale junto al Emerald el 12 de marzo de 1818 separándose de éste y dirigiéndose a San Bartolomé en busca del Britannia donde llega el 25 de marzo, allí, encontrarán al Almirante Luis Brión. Reunidos  el Britannia, el Dowson y el Emerald, parten con la escuadra de Brión hacia Margarita, luego de su llegada a ésta isla, y antes de tomar rumbo definitivo hacia Angostura, los barcos harán un toque en la isla de San Martin, donde se enferman de fiebre amarilla los hijos del Coronel Campbell, falleciendo uno de ellos. Este hecho determina su renuncia al comando del cuerpo de Rifles, quedando encargado del mismo el Teniente Robert Piggot; finalmente luego de muchas peripecias, este cuerpo llegará a Angostura en julio de 1818.
7 – Un cuadro de oficiales y suboficiales, destinados a la formación de un cuerpo de caballería ligera, y que estaban al mando del Teniente John Dawson Needham (que fueron contratados por Antonio Strenuwitz en acuerdo con López Méndez), saldrán desde el puerto de Amberes, a bordo de buque Estadounidense  Parnasso  el 1 de agosto de 1817. Llegarán a la ciudad de Filadelfia a principios de octubre, y allí, harán contacto con el agente patriota Lino de Clemente. Posteriormente zarpan rumbo a Venezuela en la nave Ellen, pero son detenidos por las autoridades a su salida, siendo arrestada por unos meses su tripulación. Liberada ésta nave, lograron salir rumbo al Caribe el 4 de enero de 1818 tocando el puerto de Angostura el 7 de febrero; luego de poner pie en tierra, son enviados a unirse con el Libertador.
    Todas las unidades mencionadas, sufrieron la deserción de muchos de sus integrantes en su periplo por las Antillas, lo que hace muy complicado determinar exactamente su fuerza al llegar a Angostura. También es de señalar, la llegada de otros pequeños grupos de oficiales desde Londres contratados por López Méndez, y que Lambert en su obra señala venían a bordo de las naves: Grace (febrero de 1817); Prince of Gales (finales de julio de 1817), Gladwin (6 octubre 1817), y Morgan Rattler (Noviembre de 1817), de los cuales, poco más de un tercio alcanzo a unirse a los patriotas.
    El historiador Eric Lambert estima que en estas expediciones se habían enrolado para el servicio patriota cerca de 1000 voluntarios en Londres, y que de ellos, sólo pusieron pie en tierra venezolana 300.
     Parte de las expediciones mencionadas transportaron en sus naves, pertrechos, armamento, equipo militar y vestuario que fue entregado al ejército patriota. Algunas de las embarcaciones que sirvieron de transporte a dichas expediciones, fueron luego adquiridas por los independientes y pasaron a engrosar su escuadrilla de guerra, como por ejemplo el Emerald, que será rebautizado Victoria por el Almirante Luis Brión.

UNIFORMES DE LOS LEGIONARIOS. (Primeras Expediciones Británicas)
    De los primeros cuerpos militares y grupos de oficiales y suboficiales, que vinieron a Venezuela (entre 1817-1818) contratados por Luis López Méndez, hemos encontrado algunos datos referentes a la descripción de su vestuario. La mayor parte de esta información ha sido extraída de la citada obra de Eric Lambert.

- 1º Regimiento de Húsares de Venezuela.
    Los llamados “húsares verdes” al mando del Coronel Gustavus Hippisley vestían el siguiente uniforme: “El uniforme de gala del 1ª de Húsares consistía en “una chaqueta verde oscuro con cuello, solapas y puños escarlata, algo de cordón de oro alrededor del cuello y los puños con un lazo austriaco ornamentado en la manga; una faja bordada alrededor de la cintura y dos hombreras pequeñas con incrustaciones de oro; pantalones verde oscuro ribeteado con cordón de oro similar a los lados, chacó, etc.”,(en la versión en inglés del libro de Hippisley, se utiliza la palabra “chacco”). Uniforme de cuartel: “chaqueta verde oscuro, con puños y cuello rojo sin paramentos, adornados con cordón negro; quepis verde oscuro (en el original en inglés de Hippisley, se usa la expresión “foraging cap”, que no es otra cosa que la gorra forrajera de cuartel), zahones grises, botas altas (en el original en inglés de Hippisley, se usa la expresión “Wellington boots”), etc.; bandas carmesí; cinturones con cartucheras de cuero negro, banda de sable etc. Una capa azul de camelote forrada con bayeta roja era la única añadidura que se consideraba necesaria para un oficial.” (125)
    “Otros suboficiales también estaban bien equipados. Los del 1ª de Húsares vestían chaquetas del mismo color que las de sus oficiales, con paramentos de cordón de estambre escarlata y amarillo, pantalones de dril ruso y elegantes chacós. Su uniforme de cuartel o de campo consistía en una sencilla chaqueta recta de color verde oscuro, quepis negro y zahones grises con cinturones y correajes negros. Los botones llevaban acuñada la divisa del regimiento: Unión, Constancia, Valor. El estandarte del regimiento tenía campo amarillo, adornado con un fleco verde y oro en los bordes, y de la punta del asta colgaban grandes borlas de la misma mezcla. En la faja central iba el lema y, rodeándolo, 1º de Húsares de Venezuela. El campo amarillo estaba ocupado por siete estrellas azules que representaban las provincias o Estados de Venezuela.” (126)
    El historiador Eric Lambert nos suministra en su libro la siguiente cuenta, perteneciente al costo del uniforme y equipo del Coronel John Hewitt, perteneciente al cuerpo del primero de húsares de Venezuela, y que el autor cita haber extraído de la obra “Narrative of an Expedition which sailed from England in 1817”, del legionario James Hackett. En ella podemos distinguir en detalle algunos de los elementos que constituían su vestuario:
                                                                                                            “L   s   d
Gorra de regimiento                                                                             6  12  0
kepis de regimiento                                                                              1    9
Faja de regimiento oro y carmesí                                                        4   4   0
Charreteras de regimiento de lamé de plata                                       10  16  6
Sable de regimiento                                                                              5   5   0
Dos lazos de sable                                                                                3   3   0
Cordón y botones para chaqueta de gala                                            6   6   0
Cordón y botones para chaqueta de cuartel                                         4  14  6
Cordón y botones para dos pantalones de gala                                    8   8   0
Capa de camelote azul, forrada                                                            8   8   0
Par de pistolas de arzón                                                                       6   6   0
Colchón salvavidas con almohada, travesaño y maleta                       5   5   0
Dos maletas de cuero fino, correas y cierres                                        8   8   0
Dos pares de mantas a 32 chelines cada una
dos fundas de almohada a 5 chelines cada una                                   1   17  0
seis toallas a 12 chelines cada una, guantes de gamuza                     2   14  0
Seis pares de guantes tejidos de algodón                                            0   18  0
Veintidós yardas de algodón para sábanas                                         2   15  0
Dos pares espuelas de bronce                                                             1    1   0
Dos pares espuelas negras                                                                  0  12   0
Seis pares calcetines de algodón                                                         0   18  0
Diccionario español                                                                            0  15  0” (127)

1er Regimiento de Húsares de Venezuela (Húsares Verdes). Óleo sobre papel, de José Peña 2011.
Colección particular del artista, Caracas.


- 2º Regimiento de Húsares (“Húsares Rojos”)
    El uniforme de los Húsares del Coronel Henry Wilson, es el más elogiado por su lujo en las crónicas contemporáneas que le hacen referencia, Lambert cita como la fuente de sus datos las memorias del Coronel Hippisley: “Los Húsares Rojos se llevaban la palma como aves del paraíso. Uniforme de gala: chaqueta escarlata con puños y cuello azul claro suntuosísima y costosísimamente adornada con cordón de oro. Los pantalones eran también escarlata, y el traje de campo llevaban chaqueta azul adornada con cordón de oro ancho.” (128)
    El Coronel Gustav Hippisley (quien como ya se ha mencionado, estaba al mando del primer regimiento de Húsares Venezolanos), también señala en sus memorias los siguientes datos respecto  al vestuario y apariencia de los Húsares Rojos:
 “…el uniforme pequeño (se refiere al uniforme de campo o de diario) era de color azul oscuro, con paramentos escarlatas, similar al fabricado para el primero de húsares venezolanos (…) el coronel Wilson, escogió una chaqueta escarlata con vueltas y cuello azul claro, rica y costosamente ornamentada con encaje dorado, pantalones escarlatas, etc. como su uniforme de gala; mientras que una chaqueta azul, con amplio encaje dorado, overoles, etc. constituyo el uniforme de mañana o de campo. Los oficiales no comisionados y soldados rasos tenían su traje correspondiente.” (129)
    Más adelante, al referirse a la llegada a Angostura de la nave Hunter y su cargamento para las tropas independientes dice: “El conjunto de los artículos, consistían de todo lo necesario para el uso general del ejército, se dio la orden para que se desembarcara y fuera puesto en almacén. El Hunter también trajo el vestuario para los cuerpos del coronel Wilson, correspondientes al vestido de los oficiales, y consistía de dos sets completos de uniformes: uno azul con encaje amarillo, como uniforme de campo, y uno escarlata generosamente adornado, como vestuario de parada…” (130)

2do Regimiento de Húsares de Venezuela (Húsares Rojos). Óleo sobre papel, de José Peña 2011.
Colección particular del artista, Caracas.
- 1º de Lanceros del Coronel Robert Skeene.
    Como se refirió anteriormente, ésta unidad nunca llegó a Venezuela, habiendo perecido todos sus integrantes producto del naufragio de la nave que les transportaba, el Indian. Lambert dice lo siguiente acerca de su uniformidad: “Salomon, un sastre de Charing Cross, anunciaba el uniforme de 1º de Lanceros a 60 libras esterlinas. Casaca azul para dragón con paramentos rojos, bordada con cordón de plata (el autor en otra parte nos dice que era una trencilla plateada de Rusia), pantalón gris vivo con plata a los lados (en otra parte el autor menciona que también tenían otro pantalón azul oscuro). Las hombreras tenían una divisa con el sol naciente de Venezuela y el chacó estaba engastado en cordón de plata y cordoncillos de oro y coronado por un penacho amarillo y azul.” (131)
   Sin embargo, Hippisley dice en sus memorias sobre la expedición, que por algunos inconvenientes que se presentaron en la confección de los uniformes de los cuerpos del primero de Húsares y el de los Lanceros fueron encargados finalmente a un sastre de nombre Doolan, y su referencia a los colores de la uniformidad del regimiento de Lanceros, difiere de la citada por Lambert; (el original esta en inglés, la traducción es del autor):
    “…el regimiento de lanceros era verde oscuro, con cuellos y vueltas escarlatas, ornamentado, y ribeteado con encaje plateado…” (132)
    “Hice frecuentes visitas al taller de Mr. Doolan, para acelerar la completación del vestuario para los oficiales no comisionados y soldados del primero de húsares y del primer regimiento de lanceros, y tuve el placer de observar el progreso diario del contrato, el cual consistió de una chaqueta similar a la de los oficiales con escarlata, con encaje de estambre amarillo: pantalones rusos, y un chaco adornado, completaban el vestido de parada, un uniforme verde oscuro, una chaqueta sencillamente adornada en su frente, gorra forrajera negra, y overoles negros, era el vestido de marcha o de diario; cinturones negros, etc.” (133)

- Regimiento de Rifles del Coronel Campbell.
    El historiador Eric Lambert en su obra, sólo dice lo siguiente respecto a la uniformidad de este cuerpo: “El uniforme de los Rifles era similar al de la Brigada de Rifles Británica” (134). Los regimientos de rifles del ejército británico de la época, se caracterizaban por el uso de un uniforme verde oscuro, ya que estas unidades de infantería ligera generalmente usaban táctica de combate irregular o de guerrillas, desplegándose a vanguardia de los cuerpos del ejército y en zonas boscosas, utilizando los accidentes del terreno para ocultarse.
     Si bien es cierto que el cuerpo de rifles del Coronel Donald Campbell sufrió de fuertes deserciones en el número original de efectivos con que había partido originalmente desde Inglaterra, los pocos oficiales que llegaron a Angostura al mando del Teniente Coronel Robert Pigott sirvieron como base para la formación de una unidad de rifleros en las misiones de Guayana con algunos soldados de origen indígena; éste cuerpo tendrá una participación muy importante en distintas acciones de la guerra de independencia, atribuyéndoles el mote de “zamuritos” o “los rifles negros”, debido probablemente al oscurecimiento progresivo de sus uniformes verde oscuro y a su ferocidad en el combate.
    El legionario Alexander Alexander, quien vino con las expediciones organizadas por Luis López Méndez, nos refiere en sus memorias más datos acerca del uniforme de este legendario cuerpo, del cual formó parte por algún tiempo: “Al fin, el 24 de julio de 1818, recibí una tarjeta del Coronel Rook, diciéndome que iba a ser trasladado, con órdenes de ir a donde el General Soublette para recibir mis instrucciones. Todas las comunicaciones se hacían por tarjeta o verbalmente, ya que no había libros de órdenes en el servicio. Al mismo tiempo obtuve mi ropa militar, ya que el General Soublette era ayudante general. El uniforme consistía de una chaqueta verde con botones republicanos. La tela era tolerablemente fina; y en vez de presillas teníamos una tira de encaje en el hombro derecho, que era el uniforme del Teniente en el servicio español y en el republicano; nadie lleva caponas por debajo del grado de Teniente Coronel, y éste tiene solo una capona en su hombro derecho, y una tira de encaje en el izquierdo. También me dieron dos pares de pantalones blancos y dos camisas.” (135)
    El relato anterior, se refiere al momento en que el Teniente Alexander Alexander fue enviado a las misiones cerca de la Villa de Upáta (donde se estaba organizando una División de infantería al mando del General José Antonio Anzoátegui), formando parte del cuerpo de Granaderos, es allí que conoce al Coronel Robert Pigott que estaba al mando de los Rifles.

    Debe acotarse que Alexander Alexander dice en sus memorias que fue enviado allí el 31 de julio de 1818. Estos cuerpos serán luego trasladados a Angostura, para dirigirse a Apure con el Libertador, y Alexander por motivos de salud no acompañará en ese momento a su unidad. Restablecido tiempo después, solicitará pase para reunirse con el ejército:

“E.M.Gral.                                                                      Cuartel General en Angostura á
Ofc 1º Nº 443                                                                     18 de Noviembre de 1818
   Señor General.
    Sírvase V.S. proporcionar pasaje en el primer buque que saldrá para San Fernando de Apure al Teniente Alexander Alexander del Batallón Granaderos de la Guardia de Honor, que debe ir a reunirse á su cuerpo.
    Dios guarde a V.S. muchos años.
                                                                                                                  El General Jefe.
                                                                                                                  Carlos Soublette.
Al Sr. General Gobernador.” (136)

     En el momento de la retirada patriota de Apure ante el avance del ejercito de Pablo Morillo, Alexander Alexander da los siguientes datos sobre el uniforme del Regimiento de Rifles: “Nuestro equipo de rifles estaba regularmente vestido de verde. Nuestros morrales eran todos de diferentes regimientos, incluyendo regulares y milicias locales.” (137). Más adelante, cuando el legionario formaba parte de la expedición comandada por el General Mariano Montilla sobre Santa Marta (1820), nos referirá su reencuentro con los Rifles, que eran en ese momento comandados por el Coronel Arturo Sands y que llegaban allí desde Bogotá luego de su participación en la campaña de liberación de Nueva Granada (1819). Fue en ese momento que los oficiales del Rifles le ofrecieron a Alexander que ingresará nuevamente a su cuerpo. La última referencia que nos hace el legionario sobre la uniformidad del cuerpo de Rifles forma parte de una anécdota muy curiosa de la que fue protagonista:
 “Mientras estábamos allí un joven acababa de recibir una comisión en el servicio republicano, se enamoró de mi gorra, y estaba dispuesto a pagármela por lo que yo le pidiera. Me preguntó si el clarín que tenía al frente era de oro, y le dije que era solo dorado; cuando descubrió que no quería vendérsela, me miró cortésmente, y me pidió que se la prestara por unos pocos minutos, lo cual hice, y se fue. Como una hora más tarde, regresó con la gorra y me la devolvió, luego estiró los brazos y se dio la vuelta con aire de infinita satisfacción. Vi entonces lo que había hecho en este breve lapso; un joyero le había hecho tres clarines del mismo tamaño que el mío, se los cosió a su guerrera, uno detrás del cuello, y los otros dos en cada puño. Es aquí la costumbre tener un semicírculo de botones en la parte de atrás del cuello de la guerrera. Yo le mostré los dos que tenía en mis faldones, y entonces se fue a conseguir otros dos para el mismo objeto. De modo que tenía cinco clarines de plata sobre su persona, todos del mismo tamaño que el que yo tenía en mi gorra, del cual habían sido copiados.” (138)

Regimiento de Rifles de Venezuela . Óleo sobre papel, de José Peña 2012.
Colección particular del artista, Caracas.

 - Brigada de Artillería del Coronel Gillmore.
    Respecto a esta unidad, hemos referido que se desbando casi en su totalidad en las Antillas antes de llegar a Angostura (Lambert, dice que al llegar a Angostura éste cuerpo constaba de solo tres oficiales, un cirujano, cuatro sargentos, tres cabos y cinco artilleros), sin embargo, algunos de sus oficiales incluyendo al mismo Coronel Gillmore se unirían a los patriotas con parte de los equipos y armas que transportaban. Sobre su uniformidad, Lambert menciona lo siguiente: “(…) y el de la Artillería “igual en lujo y color” al de la artillería británica. Tenemos copia de la cuenta de Esdaile a Gillmore para el vestuario y equipo de sus artilleros para el viaje y la llegada a Tierra Firme. Muestra que vestían casaca azul de reglamento con forro escarlata y chaleco blanco con paramentos escarlata. Los pantalones también eran azules, y las polainas negras.” (139)

Brigada de artillería del Coronel Gillmore. Óleo sobre papel, de José Peña 2011.
Colección particular del artista, Caracas.


    No hemos encontrado información de vestuario referente al cuerpo de caballería ligera que vino desde Amberes a bordo del buque Parnasso,organizado por Antonio Strenuwitz, y que llegó a Angostura al mando del Teniente Needham.
     Debemos mencionar, que tanto los Húsares Rojos del Coronel Wilson, como el 1º Regimiento de Húsares de Venezuela (también llamado Húsares Verdes) del Coronel Hippisley, luego de su llegada a Angostura fueron enviados en mayo de 1818 a reforzar al ejército patriota en Apure. Allí, encontrarán a los independientes en retirada luego de la infructuosa campaña del Centro; Bolívar dejará en manos de los oficiales británicos la decisión de quedarse o acompañarlo en su regreso a Angostura.
    La mayor parte de los Húsares de Hippisley se pasarán al cuerpo de Wilson, quien decide permanecer con las tropas del General José Antonio Páez en Apure, la perdida de estos hombres obligó a Hippisley a embarcarse con el pequeño grupo restante de regreso a Angostura. Al poco tiempo de estos incidentes, Wilson será arrestado por Bolívar, ya que fue acusado de conspirar contra su autoridad, siendo expulsado luego del país; los Húsares Rojos permanecerán con Páez y bajo el mando del Mayor Trewren. En Angostura, Hippisley solicita al Libertador el ascenso a General de Brigada, pero al no poder demostrar con documentos firmados por Luis López Méndez que ello estaba estipulado en su contrato, Bolívar se negará a conceder tal premio.

    Hippisley disgustado por ello, presentará su renuncia al ejército obteniendo su pasaporte el 22 de junio de 1818, poco después se embarca a Inglaterra. El Libertador pondrá a la cabeza del pequeño grupo restante del 1º Regimiento de Húsares de Venezuela, al Teniente Coronel James Rooke.

NOTA DEL AUTOR: Este artículo, es una adaptación del capítulo III de mi investigación (inédita) denominada "Heroes en Uniforme. Recopilación Documental, Testimonial, y Ensayo  sobre el tema del uniforme militar en Venezuela (Período Guerra de Independencia Venezolana 1810 – 1822). "Por tal razón, los números altos de las notas al pie de página, correspondientes a las citas de autor. Dichas citas, se publican a continuación:

(124) Eric Lambert. Voluntarios Británicos e Irlandeses en la Gesta Bolivariana, III tomos, tomo I, pp. 57-59.
(125) Eric Lambert, ob. cit., tomo I, p. 67.
(126) Ibídem, p. 68.
(127) Ibídem, pp. 66-67.
(128) Ibídem, p. 67.
(129) Gustav Hippisley. A Narrative of the Expedition to the rivers Orinoco and Apure in South America which sailed from England in November 1817 and joined the patriotic forces in Venezuela and Caracas, pp. 22-23. El original esta en inglés, la traducción es del autor.
(130) Gustav Hippisley, ob. cit., p. 320.
(131) Eric Lambert, ob. cit., tomo I, p. 67.
(132) Gustav Hippisley, ob. cit., pp. 22-23.
(133) Ibídem, p. 27.
(134) Eric Lambert, ob. cit., tomo I, p. 67
(135) Alexander Alexander, ob. cit., tomo I,  p. 26.
(136) A.G.N., Sección Gobernación de Guayana, tomo V, folio 248
(137) Alexander Alexander, ob. cit., tomo I, p. 49.
(138) Ibídem, p. 90.
(139) Eric Lambert, ob. cit., tomo I, pp. 67-68.

Referencias bibliográficas:

ALEXANDER ALEXANDER. La vida de Alexander Alexander escrita por el mismo. Caracas,  Ediciones de la Presidencia de la República, 1978. II tomos

HIPPISLEY, Gustavus. A Narrative of the Expedition to the Rivers Orinoco and Apure in South America. London, John Murray, Albemarle-Street. 1819.

Investigación e ilustraciones de José Peña (jpmarte73@yahoo.com), Caracas, Venezuela,